viernes, 13 de septiembre de 2013

Coaching y Feng Shui: la fórmula para alcanzar tus objetivos

El Feng Shui es el arte de crear un ambiente para vivir que presente un equilibrio de las energías que proporcione salud y bienestar. Se trata de guardar un orden coherente entre la disposición de los objetos de la casa y la correcta elección y colocación de los mismos, de manera que se corresponda con las pautas de la naturaleza, donde todo es cíclico, renovable y armonioso.
Por otro lado el Coaching se focaliza en la consecución de objetivos. En un proceso de Coaching el cliente logra reconocer el lugar donde se encuentra y saber hacia dónde quiere llegar, junto con el profesional verá si sus objetivos son viables, ecológicos, realistas y establecerán una serie de pautas que el Coachee (el cliente) se comprometerá a ir cumpliendo paso a paso. En todo momento el coach lo acompañará y revisará para que el camino le lleve al objetivo final.
El Coaching trata al igual que el Feng Shui de poner orden dentro del caos, de devolver la armonía. La vida al igual que una casa suele tener muchos aspectos que están “patas arriba”, espacios llenos que se deben vaciar, y puntos donde se fuga la energía. En esto el proceso de Coaching velará y trabajará en los diferentes aspectos de la manera más sana posible.

Una casa también necesita Coaching, en este caso es el Feng Shui. Para ello es necesario tener en cuenta las características de quienes viven en ella: quienes son, cuáles son sus deseos, que tipo de relación quieren tener entre ellos, con quien se quiere vivir y de qué manera.
La casa es un reflejo de quien la habita, seguramente habréis oído ese dicho de que “el desorden de una habitación refleja el desorden en la cabeza de la persona”. Para una vida ordenada, calmada, con objetivos marcados de cosas que se quieren conseguir, es fundamental vivir en un ambiente que lo sostenga. En esto el Feng Shui se asocia con el Coaching y entre las dos disciplinas forman un entorno propicio que “guarde” a la persona que está llena de deseos y metas por alcanzar, donde se sienta acogido y donde el ambiente sea coherente con lo que desea, y de este modo respaldar el proceso.
Si se quiere alcanzar algo en la vida no hay que esperar a tenerlo para sentirlo, comportarse “como si” eso ya estuviera sucediendo colabora enormemente al proceso, el orden y la disposición de los objetos de la casa, así como una decoración propicia colabora que ese “como si” sea real. Un ser humano coherente en un ambiente coherente es un diamante en potencia. La comunión del interior con el exterior es fundamental, y es la base para equilibrar la energía que permite que cualquier meta sea alcanzable.

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